Escasos centímetros separaron los sueños del Liverpool de los del Manchester City y provocaron, en la franja que dividió el escaso margen entre el gol fantasma de Stones en propia puerta con el gol ganador de Leroy Sané, que los de Guardiola se llevasen el duelo (2-1), estrechando la distancia en la pelea por el liderato de la tabla de la Liga inglesa a cuatro puntos.
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El City se repuso del susto que creó John Stones cuando evitó sobre la línea el primer gol "Red" antes de los 20 minutos de partido y se llevó la victoria en el Etihad Stadium con goles de Sergio Agüero y de Leroy Sané.
Solo Firmino, con el momentáneo empate a los 65 minutos, dio esperanzas a los dirigidos por Jürguen Klopp de rascar algo, en un encuentro en el que quizás merecieron más, pero en el que el City hizo un ejercicio de resistencia propio del campeón.
Se abrió la cuenta
Bernardo Silva, al borde del descanso, ganó línea de fondo, sacó un centro a la desesperada y Agüero le ganó la partida a un inocente Dejan Lovren. El argentino, casi sin ángulo, fusiló a Alisson en el primer palo y desató la locura en el Etihad.
Ya en el segundo tiempo, los de Klopp se dieron cuenta de que por arriba podían hacer daño y de que no era el día del meta Ederson. En una falta frontal, un error en la salida del brasileño significó que Firmino casi hizo el empate, pero en el siguiente centro, solo unos minutos después, llegó la recompensa.
El empate
Alexander-Arnold lanzó un centro lateral, Danilo fue a cerrar el centro y dejó que Robertson entrara solo por banda izquierda y tocase el esférico ligeramente para que Firmino, en el segundo palo, cabecease solo a puerta vacía.
Un tanto definitivo
El gol parecía noquear a un City que estaba siendo desactivado por Klopp, pero en un contraataque, un balón rápido en tres cuartos, permitió que Sterling encontrase en el costado izquierdo a Sané, quien sacó un latigazo cruzado que se coló tras tocar en el palo. Otra vez, por cuestión de centímetros, el partido se decantó de un lado. La misma distancia que hizo que la madera escupiera el gol de Mané en la primera parte y la misma brecha de espacio que evitó que el balón cruzara la línea ante la cara de Stones. La Premier se estrecha y ya no es cuestión de puntos, si no de centímetros.